MOSCA MEDITERRÁNEA DE LA FRUTA (Ceratitis capitata)

La mosca mediterránea de la fruta (Ceratitis capitata) es la plaga que más daños
produce en los frutales mayoritariamente de las zonas de medianías. Los
principales cultivos afectados son: cítricos (naranjos y mandarinos), frutales de
hueso (durazneros y nectarinas), guayabos, nísperos e higueras. En los últimos
años se han observado daños importantes provocados por este insecto en
frutales de pepita. 
Este insecto, es una mosca de menor tamaño que la doméstica y de vivos colores.
La hembra posee un abdomen terminado en punta que le sirve para hacer la puesta
de huevos en los frutos. De estos huevos nacerán las larvas de color blanco de 8
mm de longitud y muy móviles. La pupa tiene forma de barrilito, es de color pardo
amarillento y se encuentra en el suelo.


Los primeros síntomas del daño se manifiestan por pequeñas manchas marrones
alrededor de la picadura, posteriormente el fruto acaba por reblandecerse y pudrirse
con emanación de líquido al exterior. Si se abre el fruto, podrá observarse la
presencia de larvas en su interior, prueba definitiva del ataque de la mosca.
Para un control efectivo de la plaga es necesario realizar un control integrado
que incluya medidas de control cultural, la colocación de mosqueros con
atrayentes y aplicaciones químicas en los momentos adecuados.
Como medidas de control cultural se recomiendan: 
  • Recoger con frecuencia la fruta “bichada” que cae al suelo, la que se encuentra atacada en el árbol, y los frutos que siempre quedan al final de la cosecha y que por cualquier motivo no se recolectan. 
  • Cavar superficialmente alrededor del árbol para exponer las pupas a los agentes climáticos, insectos depredadores y aves insectívoras.
En cuanto a la colocación de los mosqueros deben situarse en la cara sur del árbol,
a una altura aproximada de 1,50 m del suelo y algo protegido por el follaje para
evitar que queden expuestos al sol.
Para la atracción y captura de las moscas debe colocarse en su interior: 
  • bien atrayente alimenticio seco, en este caso debe añadirse un dispositivo insecticida para evitar la salida de las moscas que entren o, 
  • atrayente alimenticio líquido, en el que las moscas mueren por inmersión en el líquido por lo que no es necesario emplear insecticida. 


La densidad de colocación de los mosqueros dependerá de si se emplean para
detectar la presencia de la plaga (10 trampas/ha) o para captura masiva (50
trampas/ha).
Es importante retirar los mosqueros al finalizar la recolección con el fin de evitar
su deterioro o caída y para que puedan servir para su colocación en la próxima
campaña. La utilización de este sistema disminuirá la población de moscas de la
fruta y como consecuencia serán necesarias menos aplicaciones de productos
fitosanitarios.
Las aplicaciones de productos fitosanitarios podrán realizarse mediante tratamiento
cebo (insecticida + proteína hidrolizada) pulverizando una zona reducida del árbol
(1-2 m2
) orientada al sur, o mediante tratamiento completo al árbol con insecticida. 

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